¿Qué nos pasa a los béticos?

¿Qué nos pasa a los béticos?

Muchas son las sensaciones que nos deja el Real Betis Balompié. Esto no es de ahora. No es nuevo, ni mucho menos. Ha existido, existe y existirá. Este artículo no lo va a escribir el colaborador de Betis.mobi. Este artí­culo lo va a escribir un bético y además en primera persona. Yo soy bético, si señores y señoras, tengo la suerte de haber heredado lo más grande que puede heredar una persona, porque además soy bético en el destierro, a lo lejos. Y muy lejos. No tengo la suerte de poder verlo cada quince días en el Benito Villamarin. Me conformo con verlo desde mi sofá, y viajar en la medida de lo posible para poder acompañarlo en las gradas. Y digo que voy hablar en primera persona, porque voy hablar desde mi experiencia. Porque si una cosa tengo muy clara es que no hay nadie más bético que nadie.

Mis experiencias evidentemente son la de muchos béticos, por lo que pienso que muchos estarán en la misma tesitura que yo. La memoria me lleva al 8 de mayo de 1994, sólo tenía 14 años, viví un ascenso en Burgos, mágico, como todos los desplazamientos del club de las 13 barras. Porque da igual donde juegue que allí te encontrarás a un loco de la cabeza. He tenido la suerte de vivir dos finales de Copa del Rey, en la primera me acuerdo de no haber llorado por la derrota de un buen Betis, sino por la emoción de sentir de tan cerca la afición, se me siguen poniendo los pelos de punta sólo de recordarlo. En la otra disfruté, mucho y lloré de alegrí­a, por la victoria. Este año he podido ir a Milán y ver dar un auténtico baño al todopoderoso equipo rossonero. Los campos del norte me los se casi de memoria. Y estoy orgulloso de poder seguirte.

Pero también he sufrido descensos, demasiados descensos, lágrimas pero de tristeza. He vivido ascensos frustrados como el de Salamanca. He visitado campos, con todos mis respetos impropios de un club con una afición como la de el Real Betis Balompié.

Y con esto que estoy escribiendo no quiero, como ya he dicho, ser ni más ni menos bético. Pero ante los últimos acontecimientos me surgen dudas y la verdad que no se cual es la respuesta correcta. Leo en las redes infinidad de opiniones algunas con fundamento y otras no, pero muchas con cierto criterio y con cierta razón. Hay dos posturas bien diferenciadas, o mejor dicho los que están a favor o en contra de nuestro entrenador. Pero yo no quiero hablar de Setién, quiero hablar de Betis. Y con lo que voy a decir no quiero que me califiquéis como abogado del diablo. Y tampoco voy a criticar ni a justificar lo bueno o los ridículos de este año. Sinceramente no me voy a posicionar en ninguna de las posibles respuestas, porque yo también a veces bendigo y a veces maldigo. Ya os he dicho que soy bético.
Y quiero que me ayudéis a responder la pregunta; ¿Qué nos pasa a los béticos?

Una respuesta es que estamos en semifinales de copa, y ¿por qué no podemos llegar a la final?. Lamemtablemente anoche quedamos fuera de la Europa league, se venia de hacer una sobresaliente primera fase. En liga se sigue en la pomada por la lucha de clasificarse para competiciones europeas, que se podrí­a estar mucho mejor, y que probablemente se deberí­a. Si, pero hay opciones muy reales de pelear incluso por el cuarto puesto.

La otra respuesta es que no se pueden permitir los ridí­culos de esta campaña, y son unos cuantos. El de ayer ha hecho mucha pupa a toda la afición verdiblanca. Por muchas razones que nos darí­a para un debate muy intenso. Preocupan mucho las carencias del equipo, del entrenador, de todos. No lo podemos calificar de fracaso pero si de decepción.
Conformismo o exigencia. Difícil respuesta ante la última controversia bética. Mi respuesta y me voy a mojar, y aunque sea políticamente correcta.

Es que lo bueno no es tan bueno, ni lo malo es tan malo. Que todos somos béticos y que ahora más que nunca debemos estar apiñados como balas de cañón, porque después de torear en plazas muy difí­ciles, estas son las plazas donde queremos seguir toreando. Y para esto, lo que si parece obligatorio, es seguir otro año en competiciones europeas. Y la forma de llegar no es lo importante. Lo importante es estar.