Lorenzo Serra Ferrer, continua la leyenda

Lorenzo Serra Ferrer, continua la leyenda

Imposible no asociar los últimos éxitos y gestas verdiblancas de la historia contemporánea del Real Betis Balompié con el nombre de Lorenzo Serra Ferrer.

El preparador llegó a la entidad de Heliópolis en 1994 en segunda división y en solo 3 años lo ayudó en su ascenso a primera, lo clasifición dos veces para Europa y su participación en la final de Copa del Rey del 97.

En el año 2004 volvió de nuevo a dirigir al conjunto de las trece barras y volvió a meterlo en Europa en esta ocasion para la Champions league y se quitó la espinita del 97 conquistando el ansiado título copero.

En ambas etapas primaba el mismo concepto, imprimir a sus jugadores una gran exigencia y hacerles creer que si quieren y trabajan  pueden conseguir los objetivos, así­ como sacar lo mejor de cada futbolista.

En 2016, volvía de nuevo al Villamarin, pero en esta ocasión no vení­a para ocupar el banquillo, si no como vicepresidente deportivo y máximo responsable de la parcela deportiva.

Entonces vení­a la entidad verdiblanca de sufrir varios años en los que se habí­a movido por la mediocridad deportiva con fichajes, entrenadores y directores deportivos que no habían dado la talla.

Serra firmó rápidamente un entrenador con el gusto por el balón y el juego de ataque, como es Quique Setién, que a pesar de haberle costado ha impregnado a sus jugadores de su estilo.

Han venido jugadores con conocimiento de la liga española, con una calidad contrastada y con ganas de hacer grandes cosas con el club verdiblanco.

Guardado, Boudebouz, Amat, Barragán, Feddal, Sergio León, Tello, Camarasa, Javi García y Campbell, vinieron en verano y cambiaron la imagen del club como de un calcetí­n pasándose a la lucha directa por Europa. A ellos se le unieron en el mercado invernal Bartra y Loren con un resultado espectacular.

Lorenzo Serra Ferrer ha subido el nivel del Betis enormemente en tan solo un año y ya se rumorean varios fichajes de calidad para la temporada que viene, continúando así con la leyenda del mallorquín, con el conjunto de las trece barras que parecen hechos el uno para el otro.