Hoy recordamos a Felipe, el rumano que ya es sevillano

Hoy recordamos a Felipe, el rumano que ya es sevillano

Iulian Sebastián Filipescu, más conocido en la grada como Felipe, el rumano que ya es sevillano, jugó en el Betis durante cuatro temporadas y media, periodo de tiempo en el que se hizo con un hueco fijo en el once de los distintos entrenadores verdiblancos; actuando en un total de 126 partidos y anotando 7 goles.

Filipescu era un centrocampista defensivo que también rendí­a a un alto nivel como defensa central, por su gran fuerza y sus dotes de pasador fluido, además de su buena técnica para los jugadas a balón parado.

El internacional rumano llegó en el mercado invernal de la temporada 98-99, una temporada muy complicada para el conjunto de las trece barras con cambios de entrenador y mala planificación, pero el fichaje de Filipescu, que rápidamente se ganó el corazón de la hinchada verdiblanca, hizo más sólido al equipo, que finalmente consiguió atar la permanencia, con algún que otro sobresalto. El futbolista debutó ante el Alavés, marcando un gran gol de falta directa, en una campaña donde actuó en 18 partidos y anotó 3 goles.

La 99-00 fue una de las peores campañas que se recuerdan en la historia verdiblanca, ya que el Betis acabó descendiendo, a pesar de contar en sus filas con grandes cracks. La inestabilidad en el banquillo fue una constante, pues se cambió hasta tres veces de propietario, esto unido al mal juego dio lugar a una tremenda crisis institucional y de resultados. Sin embargo, Filipescu volvió a realizar una gran temporada, actuando en 36 partidos y anotando un gol.

Muchos futbolistas cambiaron de aires debido al descenso y mucho se habló también de las ofertas por el internacional, pero Filipescu no estaba dispuesto a aceptarlas; se sentía comprometido con la entidad y querí­a luchar para traer de vuelta al Betis a la máxima categoría.

La 00-01, fue la del retorno a Primera, un ascenso que fue conseguido de forma agónica en la última jornada, tras pasar el conjunto heliopolitano por varios altibajos. De nuevo, el medio rumano volvió a ser clave en el Betis y no se vio afectado por el cambio de categoría, jugando 33 partidos y anotando 2 goles.

La siguiente, 01-02 fue una de las mejores para Filipescu, tanto a nivel personal como en lo colectivo. A pesar de estar lesionado gran parte de la temporada, el futbolista se asentó en el once titular para ocupar el lateral derecho, demostrando así­ su polivalencia y actuando en 20 partidos. El club heliopolitano completó una magnífica temporada y, a pesar de ser un recién ascendido, se clasificó para disputar competición europea.

La 02-03 fue la última de Filipescu en el Villamarí­n y estuvo marcada por la recaída de una lesión que lo mantuvo fuera de juego durante bastantes meses. Al jugador le costó recuperar su sitio en el eje de la zaga verdiblanca, pero aún así­ pudo disputar 19 partidos y marcar 2 goles.

En la campaña del retorno a Europa se consiguió llegar a octavos de final y en Liga se peleó hasta la última jornada para revalidar la clasificación europea, pero no se logró. En verano del 2003 los dirigentes vieron oportuno el traspaso del internacional rumano, poniendo el punto final a su etapa verdiblanca.